lunes, 20 de agosto de 2018

UNA VEZ FUE PLAZA DE NOVELA

Cuando Ricardo Güiraldes necesitó utilizar un ámbito urbano como escenario para una novela  eligió a Lobos. Sus descripciones nos cuentan ese Lobos de "Rosaura"  visible en algunas viejas fotografías. 

"- I -
Lobos es un pueblo tranquilo, en medio de la pampa.
Como todos nuestros pueblos, Lobos posee una plaza cuyos chatos canteros, rapados por un reciente sacrificio de plantas viejas, se estiran frente a la Iglesia, envanecidos de su artificial lozanía que refresca a diario el largo y flexible biberón de una manga."



Claro el largo y flexible biberón no resultaba así; era un rígido y sólido molino en su centro.

"En una de las esquinas del cuadrado con que el caserío encierra a la plaza, la sucursal del Banco de la Nación mira de arriba pues tiene dos pisos."


"A la vera de la calle empedrada, el Club Social acaparaba veinte varas con su fachada plomiza, desde cuyas ventanas radiantes de luces festivas manaba una promesa de alegría."


"Por sus calles, franjeadas de árboles vaga un aburrimiento indiferente. Pocos peatones asoman en sus veredas, pasos delatores como lonjazos y salvo la hora del tren o los estivales paseos por la plaza, fresca de quietud nocturna, nada se estremece en la seria siesta que una moral de solterona impone a las expansiones francas."

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